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"Semblanzas femeninas dentro de la Revolución Comunera" Manuela Beltrán Por Angela Romero



MANUELA BELTRAN

Manuela Beltrán nació en la ciudad del Socorro, Colombia. Heroína de la Nueva Granada a quien se señala con comenzar la revolución de los comuneros.
El 16 de marzo de 1781 lideró un motín contra los impuestos mercantiles establecidos por el visitador regente Juan Francisco Gutiérrez de Piñeres (1781), que desembocó en la revolución de los comuneros.
Fue la primera mujer en enfrentarse al régimen del gobierno español, destruyendo los edictos donde se anunciaba el alza de los impuestos, siendo por lo tanto considerada como "la heroína del pueblo."
Esta actitud de rebeldía se extendió por territorio neogranadino desde Mérida, Venezuela hasta Peru, creándose una conciencia en el pueblo contra el gobierno colonial de la época.
 
Vendedora ambulante, se dice que era "una mujer del pueblo", pero con la diferencia de que sabía leer lo suficiente para conocer el texto del edicto sobre los nuevos y excesivos tributos notificados por el visitador. Manuela Beltrán, recoge la indignación del pueblo sobre este hecho, y al grito de "viva el Rey y muera el mal gobierno"....
Manuela fue la mujer más valiente de toda la historia Colombiana y la primera que fue capaz de desafiar a la corona española.
La mujer tuvo un gran papel en la guerra de Independencia de Colombia, unas colaboraron en las guerrillas, otras como mensajeras en el correo secreto y otras como las "juanas" que acompañaron a sus maridos en las campañas guerreras; María Antonia Santos Plata fue una de las grandes heroínas de la Independencia de Colombia.
Hija de Pedro Santos Meneses y Petronila Plata Rodríguez, fue bautizada en la Viceparroquia de Pinchote, el 11 de abril de 1782; sus padrinos fueron Casimiro Gómez y Casilda Plata. Su niñez y juventud discurrió, al lado de sus padres, en la hacienda de El Hatillo. Allí recibió la educación que recibían las mujeres de su época: labores propias del hogar, la religión católica y prácticas piadosas y conocimientos de aritmética, escritura, gramática y lectura.
Sus principales actividades estuvieron relacionadas con las faenas campestres. En la provincia del Socorro se manifestó el más grande descontento social y económico contra el gobierno colonial, que se proyectó en el movimiento insurreccional de los Comuneros de 1781; así, Antonia Santos se formó en un ambiente de rebeldía y descontento. Además, su familia se vinculó fervorosamente desde los primeros momentos a la lucha en favor de la emancipación del Nuevo Reino de Granada. Su madre, doña Petronila Plata Rodríguez, murió en los primeros meses de la Reconquista, por lo cual le correspondió a Antonia, la mayor de sus hijas, la representación moral y material del hogar, personería que desempeñó con la máxima dignidad.
En esta época se conformaron las guerrillas patriotas en la Nueva Granada para luchar contra los españoles realistas; ellas combatieron el Régimen del Terror y apoyaron al ejército patriota en la Campaña Libertadora de 1819. Entre las guerrillas más conocidas destacamos la de la Niebla, integrada por gentes del Socorro y la provincia de Tunja, en la región que va de Vélez hasta Zapatoca; la guerrilla de los Almeida en el Valle de Tenza; las guerrillas de Zapatoca, Guapotá, La Aguada, Oiba, Chimá, Aratoca, Guadalupe, Simacota, Onzaga, Coromoro, el Hatillo y otras. Numerosos guerrilleros de las regiones de oriente y del centro del Nuevo Reino se sumaron al Ejército Libertador en la Campaña Libertadora.
La guerrilla de Coromoro o de Santos fue la primera que se organizó en la Provincia del Socorro para luchar contra los invasores españoles; fue la más organizada y la que peleó más bravamente durante los tres años de la Reconquista.

Esta guerrilla fue organizada y sostenida por Antonia Santos Plata y tuvo como centro de actividades su hacienda El Hatillo. Fueron jefes de esta guerrilla, su hermano Fernando Santos Plata, José Gabriel Tobar, Camilo Gaona, José Manuel Ruiz y otros. Inicialmente la guerrilla tuvo cuarenta miembros, y posteriormente aumentó con las gentes que se fueron integrando a medida que el terror de la Reconquista penetraba en todos los pueblos.
En los primeros días de agosto de 1819, la guerrilla de Coromoro se dividió en varias partidas, contribuyendo al triunfo de las batallas del Pantano de Vargas y del Puente de Boyacá.