Claudia
Patricia Ghitis & Lizette Arbelaez Johnson.
La
madre sacrifica todo por el hijo, la madre le sirve de manera
desinteresada a su hijo. A veces sacrifica su propia comida para
alimentarlo. Una madre en las noches frías cuando el niño se moja,
se pasa al lado húmedo y frío, coloca al niño en el lado seco y
caliente. Una madre deja de pensar en ella misma. Hasta la
lactancia se convierte en un sacrificio placentero. Todo esto nos
hace pensar que el amor más elevado en esta tierra fuera del de Dios
es el amor de unos padres dedicados y entre ellos el de la madre a la
que hoy dedicamos un homenaje sincero.
En
el mes de mayo, el segundo domingo del mes, se celebra en Alemania el
Día de la Madre. Es una festividad que se realiza en honor a las
madres. En cada país se celebra en fechas diferentes. Esta
festividad nació unida a celebraciones de carácter religioso pero
en la actualidad es bastante comercial, no por ello dejamos de
celebrarlo, por el contrario, queremos llegar a su origen casi
divino.
Las
primeras celebraciones se pueden ubicar en la Grecia antigua. Se le
redía honores a Rea o Rhea, diosa de la antigua cultura
minoica en la Isla de Creta. Rea hija de Urano que personificaba el
cielo y Gea que personificaba la tierra. Rea hermana y esposa de
Cronos quien derrocó a Urano y luego fue derrocado por Zeus.
Rea
asociada a Cibeles, no es posible distinguirlas, es representada en
un carro tirado por leones, como en la plaza Cibeles de Madrid que le
rinde homenaje. Cronos fue padre de varios hijos de Rea: Hestia,
Deméter, Hera, Hades y Poseidón, se los tragó tan pronto como
nacieron. Gea y Urano sus padres le habían revelado que estaba
destinado a ser derrocado por su propio hijo, tal como él había
destronado a su padre. Sin embargo, cuando Zeus estaba a punto de
nacer, Rea pidió consejo a Urano y Gea, para urdir un plan que
salvara a Zeus, y así Cronos tuviera el justo castigo a sus actos
contra Urano y contra sus propios hijos. Rea se escondió en la isla
de Creta, donde dio a luz a Zeus. Luego engañó a Cronos, dándole
una piedra envuelta en pañales que éste tragó en seguida sin
desconfiar. A todo está dispuesta una madre.
En
la mitología griega el símbolo de Rea es la luna. Es una
coincidencia que en la cultura azteca, de Mesoamérica, que le rendía
culto a la madre de su dios Huitzilopochtli, la diosa Coyolxauhqui o
Metzli (diosa de la luna en nahuatl), sea la luna otra protagonista.
Según
el mito del nacimiento de Huitilopochtli, Coyolxauhqui, al enterarse
de que su madre, Coatlicue, estaba embarazada de un padre
desconocido, furiosa guió a sus hermanos, hacia Coatepec, donde
aquélla se encontraba, para matarla. Cuando llegaron, Coatlicue dio
a luz a Huitzilopochtli, quien nació vestido de guerrero y armado,
listo para defender a su madre. Venció a sus hermanos, decapitó a
su hermana y la arrojó montaña abajo, por lo que su cuerpo quedó
desmembrado; así es como se la representa en un monolito de cantera
descubierto en 1978 en el centro de la ciudad de México.
Coyolxauhqui se convirtió en la luna y los demás guerreros
vencidos, en las estrellas.
Durante
la creación del mundo fue muerta la madre a manos de las estrellas,
que celosas, le quitaron la vida para que no diera a luz a su hijo
Huitzilopochtli, quien representaba al sol, sin embargo, éste sí
pudo nacer, venciendo a las tinieblas. Los indígenas rendían
especial tributo a esta diosa y dedicaron a ella hermosas esculturas
en oro y plata, que no sólo revelan profundo sentido artístico sino
a la importancia tan grande que ellos concedían a la maternidad. Al
igual que los griegos la maternidad era un centro de la divinidad.
Los
festejos a la maternidad entre los aztecas eran de carácter sacro.
Peregrinar desde distintos puntos del antiguo México o Guatemala
para honrar a Tonantzin
(Tonāntzin náhuatl: tonantzin, 'nuestra
madre venerada'
`to, nuestro; nan, madre; tzin, venerar) en la cultura y mitología
mexica es el término que se le designaba a distintas deidades
femeninas, principalmente para Coatlicue y Cihuacóatl), era un acto
de comunión cósmica y una ceremonia de reconocimiento a la propia
madre.
Regresando
a Europa. Los romanos llamaron a esta celebración La Hilaria
adquirida de los griegos. Se celebraba el 15 de marzo en el templo de
Cibeles, durante tres días se hacían ofrendas.
En
el siglo XVII, por la situación de pobreza que atravezaba
Inglaterra, muchos de los siervos tuvieron que prestar servicios
fuera de los feudos y para darles un día libre que visitaran a sus
familias, se instituyó un Domingo de las Madres. Se les permitía
hornear un pastel o una torta, conocida como la Tarta de Madres que
lo llevaban como regalo.
En
los Estados Unidos en 1872, Julia Ward Howe, compositora del himno de
la batalla de la república, dedicó un día a la paz invitando a las
madres que habían perdido a sus hijos. La señora Howe organizó en
un comienzo el Día de la Madre en Boston, pero fue olvidado,
posteriormente en 1907, Anna
Jarvis,
hija de Anna Reeves Jarvis, una activista comunitaria de Virginia
Occidental, logró que el presidente Woodrow Wilson en 1914
estableciera oficialmente, cada segundo domingo de mayo, la
celebración del Día de la Madre. Cuando perdió a su madre en
1905, envió cartas a políticos, abogados y otras personas
influyentes solicitando que se consagrara el Día de la Madre y se
fue haciendo costumbre en Estados Unidos, en 1910 ya se conocía a
nivel nacional.
De
ahí que muchos países tengan el segundo domingo de mayo como fecha
para esta celebración se incluyen paises como Dinamarca, Finlandia,
Tuquía, Australia, Bélgica y Alemania entre otros.
Antes
del siglo XIX se celebraba el Día de las Madres no de la Madre. El
plural tenía un significado en la extinción de los intereses de la
mujer mas allá del hogar. Se conmemoraba el papel civil de las
mujeres. Se suponía una fuerza política. Volvemos al caso de Anna
Reeves Jarvis que organizó en Virginia días de trabajo de las
madres para mejorar la sanidad pública en las comunidades, durante
la Guerra Civil norteamericana, cuidando heridos de ambos bandos y
luego organizó reuniones para que confraternizaran con sus antiguos
enemigos.
Mirar
vídeo: http://www.youtube.com/watch?v=qL6tGG65DlY
Sólo
el amor de una madre
Sólo
el amor de una Madre apoyará,
cuando
todo el mundo deja de hacerlo.
Sólo
el amor de una Madre confiará,
cuando
nadie otro cree.
Sólo
el amor de una Madre perdonará,
cuando
ninguno otro entenderá.
Sólo
el amor de una Madre honrará,
no
importa en qué pruebas haz estado.
Sólo
el amor de una Madre resistirá,
por
cualquier tiempo de prueba.
No
hay ningún otro amor terrenal,
mas
grande que el de una Madre.
Madre
Tu
mirada de amor
descubre
lo que otros no quieren ver.
Tu
nobleza
te
hace apreciar lo que los demás desprecian.
Tu
amor desinteresado
te
hace defender a los pequeños
que
otros atacan o menosprecian.
Tu
presencia
despierta
confianza, amor a la vida
y
esperanza en un futuro mejor.
Mamá
Quiero
agradecerte
que
estés en mi vida.
Sé
que puedo contar contigo
en
momentos difíciles,
sé
que contigo puedo
compartir
mis alegrías,
y
sé que nuestra amistad
se
sustenta en mutuo amor.
Que
seas mi MAMA y mi AMIGA
es
el más preciado tesoro,
que
agradeceré a DIOS eternamente.
Gracias
por llenar mi vida
con
tanta felicidad.
Te
Amo Mamá!
A
mi madre
Te
fuiste de mi lado.
En
silencio fue tu partida.
Mi
corazón se ha desangrado
por
tan súbita despedida.
Tu
espíritu luchador
a
la vida se aferraba.
Más
Dios, desesperado,
a
su lado te llamaba.
En
ángel te has convertido.
Velando
por nosotros estás.
Aguardando
que se cumpla la cita
de
reunirnos en la eternidad.
Sin
embargo, me parece tan lejos…
Quisiera
ahora poderte abrazar.
Te
busco, te llamo. No te encuentro.
Dime…
¿Cómo me he de consolar?
Tu
amor incalculable
mis
faltas por alto pasó.
Porque
el querer de una madre,
ese,
no tiene comparación.
Sé
que en el cielo habitas.
Al
lado de Dios has de estar.
Aguardaré
paciente el día
en
que nos volvamos a encontrar.
Entonces
será para siempre.
Nada
ni nadie nos podrá separar.
No
temeré cuando llegue mi momento
pues
tu presencia me confortará.
Me
esforzaré por ganar el cielo
para
no perderte nunca más.
Mientras
tanto, guía mis pasos.
Ilumina
mi senda, enséñame el camino.
Que
tu presencia me rodee siempre
hasta
que se cumpla mi destino.
Lee
todo en: Poemas
para el día de la madre > Poemas del Alma
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